Tema: La singularidad Geográfica de España.
jueves, 10 de junio de 2010
La singularidad geográfica de España
El territorio español: principales unidades físicas y político-administrativas
La singularidad geográfica de España y su dinámica: causas y consecuencias
La situación de España en el mundo.
A) El territorio español.-
España es un país de tamaño medio, en el contexto europeo, de aproximadamente medio millón de kilómetros cuadrados, situado en la zona templada del hemisferio norte, desde el paralelo 36ª Norte hasta el 42º grados norte aproximadamente. En su mayor parte es territorio peninsular pero tiene la singularidad de ofrecer dos archipiélagos de islas: Baleares en el mar Mediterráneo y Canarias, en torno al paralelo 28º norte frente a las costas de África. Además de dos ciudades en el Norte de África: Ceuta y Melilla.
La España Peninsular es la tercera y más excéntrica de las tres penínsulas del Mediterráneo que tiene Europa, y al mismo tiempo la más grande, cuya posición en el mundo explicaremos más adelante. Los archipiélagos son: El Balear , frente a la comunidad valenciana, que consta de las islas de Mallorca, Menorca, Eivissa, Formentera y Cabrera, y más de 150 islotes. En el caso de Canarias a 100 kilómetros de la costa noroeste de África son siete islas principales: Gran Canaria, Tenerife, Lanzarote, El Hierro, Fuerteventura, La Palma, La Gomera, aunque hay también una serie de islas menores. Ceuta y Melilla de hallan en el norte de África, la ciudad de Ceuta, en la península de Yebala está frente a Algeciras y la de melilla, a 500 km de Málaga se encuentra éntrelos Cabo Tres Forcas y de Agua.
B) La singularidad de España no se expresa sólo en su situación y en la composición de península y archipiélagos. Sino por su gran diversidad :
• En el relieve que se construye en distintas eras geológicas y marcan unas diferencias notables en el paisaje, primero haciéndola uno de los países europeos de mayor altitud media (en torno a 600 mts por encima del nivel del mar) lo cual le concede una imagen de macizo elevado, y luego por la disposición del relieve en la periferia, en torno a la elevada Meseta interior, dividiendo de hecho la Península en dos zonas bien diferenciadas: la costa y el interior que no sólo marcan una realidad física sino cultural y económica.
• Por el tipo de composición litológica también encontramos diversidad: Hay una España silícea al Occidente. Otra calcárea en forma de zeta invertida, al sur en diagonal por el oriente y en el noreste peninsular. Y otra arcillosa que se sitúa en el centro y en el oriente de España.
• Una gran diversidad en el modelado de las formas de relieve y en su erosión, presentando fenómenos de vulcanismos, extintos al noreste peninsular (Girona) y todavía en actividad en el archipiélago canario.
• Pero además, tanta diversidad morfológica y litológica, más su disposición en el mapa peninsular marcan también una extensa diversidad de climas: Oceánico-húmedo, costero con distintos grados de humedad y aridez, de interior seco y frío, mediterráneo en casi todos los casos pero con la existencia de zonas de microclimas y climas de montaña. Lógicamente esta diferenciación de morfología y climas da como resultado la variabilidad en cuanto a flora y fauna de las zonas en cuestión, con endemismos casi prehistóricos en algunos casos, únicos en Europa.
• Consecuentemente los regímenes fluviales también son muy distintos dependiendo de las vertientes, de la proximidad o lejanía de las montañas, de la deriva este-oeste que presenta la Meseta y hace que los ríos más largos sean los que desembocan en el Atlántico, excepción hecha del Ebro. Y por supuesto el régimen de precipitaciones y nieves tienen mucho que ver con el caudal y el avenamiento de estos ríos.
C) La situación de España en el mundo ha constituido a lo largo de su historia un elemento que la ha marcado de manera especial.
España es un país de encrucijadas, en los que la mezcla de pueblos ha sido y sigue siendo constante y está marcada por esta multiculturalidad histórica. Desde la prehistoria recibimos a los pueblos del norte de África, del mediterráneo oriental y de la Europa del Norte, componiendo diferentes modos de adaptación al medio y contribuyendo Cada uno de estos pueblos a las culturas locales, a su idiosincrasia y a la gran diferenciación de las distintas zonas donde se asentaron. Y este rasgo ha continuado así durante siglos precisamente por las dificultades de comunicación que presenta el territorio peninsular, los elevados accidentes geográficos que han impedido la comunicación de la periferia al interior.
La influencia de pueblos que han invadido y ocupado, durante siglos, se encuentra grabada en nuestra cultura de manera indeleble; desde los celtas, romanos, Germano-visigodos, normandos, Musulmanes, han creado un mosaico cultural que permanece vivo en las formas de vida, alimentación, costumbres e interacción con el medio en cada una de las regiones españolas y son las que mantienen su singularidad histórica, cultural e incluso política.
Somos un país que se encuentra al final y cerrando el Mediterráneo, cuna de las civilizaciones más antiguas y potentes de Europa, pero a su vez somos la ventana de este continente con el Atlántico y América, cuyas señas de identidad nos han marcado de la misma manera que nuestra cultura ha marcado aquellas tierras. Y también desde antiguo somos el nexo de unión entre Europa y África, querámoslo o no estamos en su pasado y en su futuro, así como ellos han estado y siguen estando en nuestro devenir histórico.
Somos país de inmigración y emigración, antes hemos salido a trabajar fuera (Europa y América Latina) y ahora recibimos inmigrantes de Europa, África y América.
Nuestra economía también se halla condicionada por la diversidad de nuestro territorio y su trayectoria histórica, marcando fuertes desigualdades y contrastes entre las regiones agrícolas del interior, por otra parte seco y difícil, frente a la periferia, industrial y turística, cuando no húmeda, más abierta a influencias exteriores de todo tipo, cultural, económica y política.
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